Destrucción y fragmentacion de hábitats
La influencia más directa del hombre sobre
los ecosistemas es su destrucción o transformación. La tala a matarrasa (el
corte de todos los árboles de una extensión de bosque) destruye, como es lógico,
el ecosistema forestal. También la explotación selectiva de madera altera el
ecosistema. Lo mismo ocurre con la desecación de humedales que se ha llevado a
cabo de forma sistemática (para ganar tierras de cultivo o eliminar la fuente de
enfermedades) y cuyo mayor exponente es la desecación del mar de
Aral por el aprovechamiento de las aguas de sus tributarios. La
fragmentación o división en pequeñas manchas de lo que era un ecosistema
continuo puede alterar fenómenos ecológicos e impedir que las parcelas
supervivientes continúen funcionando como antes de la
fragmentación.
Cambio climático |
Contaminación:
La contaminación del medio ambiente por herbicidas, plaguicidas, fertilizantes, vertidos industriales y residuos de la actividad humana es uno de los fenómenos más perniciosos para el medio ambiente. Los contaminantes son en muchos casos invisibles, y los efectos de la contaminación atmosférica y del agua pueden no ser inmediatamente evidentes, aunque resultan devastadores a largo plazo.
Sobreexplotacion:
La captura de un número excesivo de animales o plantas de un ecosistema puede inducir cambios ecológicos sustanciales. El ejemplo más importante en la actualidad es la sobrepesca en los mares de todo el mundo. El agotamiento de la mayor parte de las poblaciones de peces es, sin duda, causa de cambios importantes, aunque sus repercusiones a largo plazo son difíciles de evaluar.
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