Controlar el cambio de los ecosistemas puede
ser para la humanidad el reto más importante durante el presente milenio. Será
necesario encontrar soluciones a todas las escalas, desde la local hasta la
mundial, incidiendo en todos los estratos sociales, desde la clase política,
hasta los niños y estudiantes, promoviendo programas de educación ambiental en
escuelas y centros educativos.
La protección de los ecosistemas naturales
que quedan en parques nacionales y otras áreas protegidas es decisiva. Pero esto
no evitará la influencia de factores como el cambio climático o la contaminación
arrastrada por el aire y el agua. Además, la continua pérdida de terreno que
experimentan las áreas naturales significa que probablemente exigirán una
gestión más activa para mantener sus funciones ecológicas: control de especies
exóticas, manipulación de los niveles de agua en los humedales,
incendios periódicos controlados en hábitats forestales, entre
otros. Esta clase de intervenciones son siempre peligrosas, pues todavía
desconocemos el funcionamiento de la mayor parte de los ecosistemas.
El control de la contaminación y de la
emisión de gases de invernadero exigirá adoptar medidas a escala mundial;
también requiere medidas coordinadas de este tipo la interrupción del deterioro
de las pesquerías marinas por sobrepesca. En última instancia, la solución
estriba en controlar el crecimiento de la población humana y en adoptar una
postura mucho más restrictiva en cuanto al uso de recursos naturales y
energía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario